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El dolor hace pensar al hombre
John Patrick
Cuando estamos atravesando circunstancias difíciles, es normal que nos sintamos solos, tristes, enojados y hasta desamparados. En algunos casos, nos quejamos y pedimos a Dios que permita que ese trago amargo pase rápidamente. Sin embargo, debemos reconocer que gracias a esas situaciones adversas logramos beneficios para nuestra vida y para la vida de todos los que nos rodean que no lograríamos de ninguna otra forma.
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El dramaturgo griego Aristófanes dijo en una ocasión: En las adversidades sale a la luz la virtud.
Particularmente considero que tal afirmación es totalmente cierta y a continuación enumero algunas razones:
- Cuando hemos atravesado la tormenta, sabemos reconocer cuando llega la calma
- Cuando hemos sido arropados por el dolor, lo vislumbramos en las pupilas de otros, hasta el punto de poder comprenderlos y apoyarlos.
- Cuando afrontamos los inconvenientes, hay una parte dentro de nosotros mismos que despierta para guiarnos, para ofrecernos las soluciones que necesitamos en ese momento.
- Cuando atravesamos la desdicha, desarrollamos empatía y una alta sensibilidad, estamos dispuestos a abrazar al que sufre y llorar con el que llora.
- Cuando alcanzamos vencer la calamidad, fortalecemos el carácter (si estudiamos las vidas de grandes hombres y mujeres de la historia nos sorprenderá que todos forjaron su carácter en los momentos de mayor dificultad)
Ahora bien, ¿cómo podemos sacarle provecho a la adversidad en tiempos de angustia?
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El Dr. Steve Stephens, licenciado en psicología, escritor y terapeuta familiar nos recomienda lo siguiente:
- Compréndete: Evita juzgarte por los sentimientos que tengas en ese momento, somos humanos y como tal, es normal que experimentemos sensaciones de ira, tristeza o frustración.
- Siente: sentir es sanar, negar u ocultar los sentimientos solo hará que nuestras heridas se prolonguen, por ello es necesario dejar que salgan a la superficie.
- Haz una pausa: El enojo reduce el flujo de oxígeno al cerebro y entonces no podemos pensar con claridad, por ello: toma aire, respira profundo y permite que la energía que hierve en ti, salga al exhalar…
- Piensa: una vez que estés calmado pregúntate ¿cuáles son las lecciones valiosas que puedo extraer de esta situación? ¿Cómo puedo utilizar este aprendizaje a mi favor? ¿De qué manera pueden hacerme más fuerte mis heridas?
- Actúa: Siempre habrá problemas pero la vida sigue. O seguimos adelante con ella, o la revivimos concentrándonos cada vez más en las dificultades. Todos tenemos que preguntarnos: ¿vivo la vida en el espejo retrovisor o con los ojos atentos al camino que hay por delante?
Hay una gran lección detrás de toda gran adversidad; por tal motivo: aprendamos a estar dispuestos a descubrirla, a abrir nuestro corazón para escucharnos, a sentir nuestra humanidad, a acercarnos a Dios en busca de consuelo, a tener paciencia para soportar, madurez para crecer y carácter para transformar algo terriblemente difícil en un impulso para ser cada vez mejores…
No es en la calma de la vida o en el reposo de una estación pacífica donde se forman grandes personajes. Los hábitos de una mente vigorosa se forman al enfrentar las dificultades.
Abigail Adams
¡Espero de todo corazón que esta información haya sido de utilidad para ti!
¡Te espero en mi próximo post!
¡Éxito y Bendiciones para tí!
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